¿A quién no le gustan las croquetas? Bueno, algún alma rara habrá por ahí... El caso, es que a uno le gustan. Es más, esta receta que vamos a dejar aquí, a mí personalmente, me retrotrae a la niñez. Ninguna otra croqueta que probase me satisfacía de la misma manera que éstas. El error, según fui descubriendo, era el abuso de la bechamel, que en su formato más espeso viene a ser el engrudillo o maseta que permite el formado de la croqueta (y el ahorro en ingredientes menos económicos, todo sea dicho). No obstante, debo señalar que las de la foto no están solas en el Olimpo de las Croquetas. Al cabo, llegó un día en el que probé unas croquetas de ternasco de la tía Manoli que eran tan espectaculares que casi me hacen llorar de emoción. Pero eso es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión. En fin, a lo que iba, que estas croquetas las hace mi mamá. Y lo que parece ser el toque de distinción es, precisamente, la ausencia de bechamel como tal y quizá el añadir también la pat
Recetas de cocina de infantería y no tan de infantería, con y sin Thermomix o robot de cocina. Con calculadoras de ingredientes, dibujicos monos y muchas otras cosas.